Tanto él como su esposa, su hija y su cuñada concurrieron en ocasiones a los bailes que organizaban la sociedades [africanas que había en Buenos Aires], gesto muy importante que les valió una gran influencia, puesto que no era nada común que los miembros de la elite hicieran eso. La colectividad negra porteña en esos años lo llamaba “Nuestro padre Rosas”
Gabriel Di Meglio. ¡Mueran Los Salvajes Unitarios! La Mazorca y la política en tiempos de Rosas p. 137